Por Pablo Viola
Roger Federer, Rafael Nadal y las hermanas Williams, los nombres de los protagonistas de las finales de singles del Abierto de Australia superan en promedio los 34 años y medio de edad, casi suficiente para jugar en la primera categoría de veteranos y más del doble en la que los niños prodigio empiezan a hacer ruido en el circuito. Sin embargo, las estrellas que dominaron el planeta del tenis en las últimas dos décadas se niegan a abandonar la cima.
Ocho días atrás, ante la eliminación de Novak Djokovic nos preguntábamos en nuestro sitio web -la nota titulada “Un deporte cada vez más exigente”-, si era la oportunidad para los integrantes de la nueva generación, con estas palabras: “¿Será este el inicio de un ciclo de recambio que se ha gestado paulatinamente en los últimos años o entraremos en otra fase de complemento entre las cuatro figuras de la última década y media?”
La última palabra la tuvieron Federer y Nadal entre los caballeros, quienes como decíamos cuatro jornadas atrás, se reinventaron desde su propio núcleo de trabajo y coincidieron en los tiempos de esa reinvención, metódica, cerebral y paso a paso, con este objetivo muy difícil de cumplir, pero que acaban de llevar adelante, tras seis victorias al hilo y extensos partidos sobre sus espaldas.
Ambos coincidieron en octubre, en la inauguración de la Academia Rafa Nadal en Mallorca. Ausentes en el circuito se hicieron bromas, aunque en su interior el desafío de seguir perteneciendo estaba encendido. Federer habló al respecto: “Hace unos pocos meses estábamos inaugurando su Academia y hablamos de jugar un partido caritativo. Estábamos los dos lesionados; yo en la pierna, y él en la muñeca. Practicábamos con unos juniors y nos decíamos: ‘¡Esto es lo máximo que podemos hacer!’”. La realidad fue completamente distinta.
Para Federer, su acceso a la final fue un duelo a cinco sets ante Wawrinka, en el que las intermitencias estuvieron a la orden del día. Parecía que Stan se llevaba el partido, por regularidad y por el nivel que exhibió en el último tiempo. Sin embargo, el ganador de tres Grand Slam en las últimas tres temporadas cedió su saque en el sexto game del quinto set y con él la iniciativa.
Roger se impuso por 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3, en poco más de tres horas de juego, para convertirse en el jugador más veterano desde Ken Rosewall en 1974, en llegar a una final de Grand Slam. El australiano lo hizo por última vez con 39 años y 310 días en el US Open de esa temporada, cayendo ampliamente ante Jimmy Connors, con quien había perdido también la definición de Wimbledon ese mismo año.
Preanunciando una final con Rafael Nadal, Federer se atrevió a contestar algunas preguntas y reconoció lo que significó el español en su carrera. “Enfrentarse a Rafa es el mayor desafío del tenis. Soy el fan número uno de Nadal, es un competidor increíble y en el pasado tuvimos muchas batallas épicas”. Claro que esos resultados no le han sido del todo favorables. La vara siempre estuvo alta para suizo y de hecho en la historia, el español lo supera por 23-11.
La de Nadal fue otra victoria épica, con la espectacularidad que generó un Grigor Dimitrov a otro nivel, sin los pronunciados baches mentales que simplificaron su carrera a aquel apodo de “baby Federer”, a partir de su depurada técnica y hasta movimientos similares al suizo. El búlgaro era capaz de dar una sorpresa o ceder ante la figura más ignota. Esa secuencia cambió en este arranque de 2017 y para ganar, Nadal debió extremarse en un electrizante encuentro de casi cinco horas.
El español superó a Dimitrov por 6-3, 5-7, 7-6(5), 6-7(4) y 6-4 y logró su acceso a una final de Grand Slam por 21º vez en su carrera, con 14 cetros hasta aquí, 9 de ellos en Roland Garros. Para Nadal será una revancha de la derrota ante Wawrinka hace tres temporadas en Melbourne, cuando estuvo a un partido de convertirse en ganador como mínimo en dos oportunidades de cada uno de los cuatro grandes.
Al igual que el suizo, el mallorquín se mostró emocionado por reencontrarse en una final con Federer. “Estar en la final contra Roger es un privilegio. Después de un par de años y de superar problemas físicos es algo maravilloso. En este momento solo pienso en poder recuperarme bien. Poder competir contra Roger es una gran oportunidad, un sueño para ambos. Espero que podamos brindarle a todos un buen partido”.
Ese buen partido presagiado por Nadal lo descuentan los amantes del tenis. Es que cuando hablamos de dos de los mejores jugadores de todos los tiempos de este deporte, las palabras suelen estar de más. En una final inesperada en Australia, Federer y Nadal pueden llegar a dirimir por última vez un duelo de estas características y eso lo hace más especial aún.
Entre las damas, la final entre las hermanas Williams nos hace retrotraer a las épocas de papá Richard en las tribunas, con aquellas especulaciones sobre como digitaba la situación. Hoy a los 35 y 36 años de Serena y Venus, la historia es bien distinta para ambas. La mayor se mantuvo en competencia aun con problemas de salud y la menor iguala o supera las mejores gestas de leyendas como Steffi Graf, Martina Navratilova y Margaret Smith.
Venus, actual 17 del ranking WTA y diagnosticada hace un lustro con el síndrome de Sjögren, superó la instancia de semifinales, tras vencer a su compatriota Coco Vandeweghe por 6-7(3), 6-2 y 6-3, mientras que Serena, derrotó a la croata Mirjana Lucic por 6-2 y 6-1, para alcanzar una nueva final, intentando lograr su título mayor número 23 y el séptimo en el Abierto de Australia.
Será la primera final entre ambas desde Wimbledon 2009, cuando Serena se impuso por 7-6(3) y 6-2. “Esta final será un momento importante en nuestras carreras, nunca perdí la esperanza de ser capaces de encontrarnos de nuevo en un partido tan importante. Venus es mi rival más dura, nadie me ha ganado tantas veces como ella y por tratarse de mi hermana, siento que cualquiera que gane, ganaremos las dos”. La respuesta de Serena habla por sí sola. La final del sábado entre ambas será muy especial para la familia Williams.
DOS DUELOS CON HISTORIA
-El primer duelo Federer-Nadal fue en Miami 2004 y ganó el español 6-3 y 6-3 en tercera ronda.
-15 de los 34 partidos se disputaron en canchas lentas y Nadal se impuso en 13 oportunidades, incluidos 5 duelos en Roland Garros (4 finales).
-Sobre canchas duras también la ventaja es de Nadal por 8-2, equilibrando el duelo en esa superficie el suizo con un récord 5-1 bajo techo.
-En el Australian Open se midieron tres veces con victorias para Nadal en las tres ocasiones: final 2009 y semifinales 2012 y 2014.
-El primer enfrentamiento entre las hermanas Williams fue en la segunda ronda del Australian Open 1998, con victoria de Venus por 7-6(4) y 6-1.
-19 de los duelos fueron en canchas duras y la ventaja es de Serena por 11-8.
-En el Australian Open se midieron en dos ocasiones, aquel primero de 1998 y el disputado en ocasión de la final de 2003, con victoria de Serena por 7-6(4), 3-6 y 6-4.
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