Después de ganar un solo partido en 2020, Wayne Pivac le devolvió la confianza al equipo y se llevó el Seis Naciones de manera dramática pero merecida. Alun-Wyn Jones, el gran capitán; Louis Rees-Zammitt, la revelación.
Por Alejo Miranda
Lo único que hizo la derrota ante Francia en la última fecha fue prolongar el suspenso una semana más. Una nación entera, que vive el rugby como ninguna otra, se quedó con el grito en la garganta. Finalmente el desahogo para Gales llegó con la derrota de los franceses ante Escocia y se convirtieron en campeones del Seis Naciones 2021. Es el cuarto título de Gales en los últimos 10 años.
Gales termina siendo un merecido campeón luego de ganar sus cuatro primeros partidos y perder sobre la hora un partido que tenían en el bolsillo ante Francia, que le habría valido el Grand Slam. La victoria dejó a Francia con una chance más: el partido postergado ante Escocia. Debía ganar con punto bonus y por 21 puntos, pero se volvió con una derrota amarga que hizo festejar a todo Gales.
Es cierto que el Grand Slam hubiera sido un premio excesivo, ya que Gales no resultó un equipo con demasiadas luces en su recorrido. No obstante, la conquista es incuestionable. Fue el equipo que más puntos anotó (164) y el que más tries apoyó (20). Del mismo modo cabe decir que el único triunfo claro fue ante los italianos (perdieron todos los partido por goleada) y en los dos primeros encuentros ante Irlanda y Escocia se impuso ajustadamente pese a contar con un jugador de más durante varios minutos. En la inmensa goleada ante Inglaterra (40-24), se vio favorecido por algunos fallos polémicos cuando el desenlace todavía era incierto.

Del otro lado, es menester resaltar la rápida recuperación que logró el entrenador neocelandés Wayne Pivac luego de un 2020 nefasto: siete derrotas y tres victorias ante rivales menores como Italia (dos veces) y Georgia. Pivac tuvo la difícil misión de suceder a una leyenda del seleccionado de Gales como es su compatriota Warren Gatland, que entre 2007 y 2019 los llevó a ganar cuatro veces el Seis Naciones (tres con Grand Slam incluido, el último dos años atrás) y la semifinal en el Mundial de Japón 2019. Al principio no fueron pocos los que reclamaron que no llenaba los zapatos de su antecesor. Sin embargo, Pivac, que tenía como antecedente haber llevado a Scarlets al título de la Liga Celta en 2018, confió en el proceso iniciado y terminó dándole a Gales el cuarto Seis Naciones en 10 años, el 28º en su historia (uno menos que Inglaterra).

El nuevo entrenador confió en la base de veteranos liderados por el capitán Alun-Wyn Jones, el jugador con más caps en la historia del rugby, y baluartes como el apertura Dan Biggar, el renacido Toby Faletau y los centros George North y Jonathan Davies. A su vez, empezó a incorporar jugadores jóvenes. El más saliente fue el wing Louis Rees-Zammit, el tryman del equipo con cuatro conquistas. Más significativo, Pivac le dio a Gales una fisonomía distinta en el costado ofensivo, mucho más atrevido que el conservadurismo de Gatland.
Inglaterra, el campeón defensor, fue una decepción al ganar apenas dos partidos: ante Italia y ante Francia, partido que jugaron como una final. El entrenador Eddie Jones quedó en la cuerda floja. Los franceses ratificaron la levantada que vienen teniendo luego de 2019, con un plantel joven y atrevido. No obstante, carecieron de la solidez necesaria para llegar a lo más alto. Lo mejor fue el triunfo en Dublín. Escocia fue la gran sorpresa, con triunfos en Twickenham y el Stade de France. Terminó tercero. Irlanda levantó respecto de 2020, pero estuvo lejos de pelear el título. De Italia sólo cabe repetir un dato: no gana un partido del Seis Naciones desde 2015. Cada vez peor.
En julio, si el covid lo permite, Gales visitará la Argentina para enfrentarse a los Pumas en dos Test Matches. Bienvenido, campeón.
Fotos: Inpho/Six Nations Rugby