El sudafricano Gary Player, uno de los mejores jugadores de la historia y uno de los cinco ganadores del Grand Slam de carrera, pasó por la Argentina y habló en exclusiva con GOLF MUNDIAL. Sigue jugando casi todos los días, lamenta que no se juegue golf en los colegios argentinos, habla de su amigo Pato Cabrera, recuerda la rivalidad con Jack Nicklaus y añora los tiempos en que el dinero no era lo que movilizaba al golf.
La edad no determina la vejez. Gary Player es la encarnación viva de este axioma. A los 86 años, se mantiene tan jovial como cuando era jugador profesional. En la flamante sede de la AAG en Pilar Golf, el sudafricano recibe a GOLF MUNDIAL a pura sonrisa. Luciendo un elegante sombrero gambler y vestido enteramente de negro, como caracterizaba The Black Night en sus épocas de jugador de elite, se sorprende con la renuncia de Liz Truss como Primer Ministro de Gran Bretaña, chequea el celular para comprobar que es cierto y bromea sobre la incidencia de la Argentina en la decisión. El buen humor subyace durante toda la charla, sólo opacado por la pasión que irradia cuando habla de golf.
Cuenta que sigue jugando casi todos los días y que ya le ganó 3050 veces a su edad. “Ejercicio y buena alimentación” son, según él, las claves para mantenerse joven. Se lamenta que el golf haya perdido la preeminencia que supo tener en la Argentina y enumera las virtudes que redundaría si fuera una política de estado. Habla de su amigo Ángel Cabrera y elige el Open Championship como el mejor de los majors.

ARNOLD PALMER, JACK NICKLAUS Y GARY PLAYER
Algo sabe del tema. Gary Player es uno de los más grandes golfistas de la historia. Uno de cinco jugadores en ganar los cuatro torneos de Grand Slam, junto con Gene Sarazen, Ben Hogan, Jack Nicklaus y Tiger Woods, en total conquistó nueve majors (tres Masters, tres Open Championships, dos PGA Championships y un US Open) y está cuarto en la lista de máximos campeones, detrás de Nicklaus (18), Woods (15) y Walter Hagen (11). En su ilustre trayectoria ganó 160 torneos profesionales y se ganó el mote de “Embajador Mundial” de este deporte. Aunque disfruta del golf actual, añora los años en que el dinero no era el eje central. “Hoy Dustin Johnson gana en seis meses lo que nosotros ganábamos en toda nuestra carrera”, afirma.
Aunque sus épocas de jugador profesional hayan quedado atrás, Player sigue tan activo y exitoso como entonces, ya sea como diseñador de campos de golf, desarrollador inmobiliario o embajador de las más prestigiosas marcas. Precisamente su vínculo con Rolex, la firma que más decididamente apoya a este deporte, es lo que lo trajo a la Argentina. “Es la quinta vez que vengo. La última vez que vine estuvimos en los viñedos, en Mendoza”, recuerda Player. “Íbamos a hacer una cancha de golf en las montañas, pero el tipo se quedó sin plata. Hubiera sido hermoso, extraordinario.”
-¿Qué le gusta de la Argentina?
-La gente es muy distinta. Nunca me voy a volver a casar, pero si lo hiciera, me casaría con una argentina. La gente es muy cálida. Disfrutan de la vida.
-¿Cuál es su visión del golf en la Argentina?
-Estaba mirando los tableros que hay aquí. Fue un gran shock. Conozco a los jugadores que jugaron hace 70 años. Jimmy Demaret, Sam Snead… todos estos jugadores, que eran tremendos jugadores, tan buenos como los jugadores de hoy, todos vinieron a jugar aquí, no lo podía creer. El golf estaba en auge entonces. Y ahora…
-¿Eso sigue siendo así?
-Ahora no tienen más eso. Pero va a volver. El Covid fue muy bueno para el golf. La necesidad de la gente de salir al aire libre le dio un impulso al golf. El problema con los gobiernos hoy en día es que no se dan cuenta de la importancia que tiene el golf. Yo jugaba al fútbol en el colegio, pero si tuviera que aconsejar a un joven de hacer un deporte, nunca le diría que juegue al fútbol, o al rugby, o al cricket. Le diría que juegue al golf. ¿Por qué? Porque puede jugar al golf para siempre. Es un deporte que se juega en todo el mundo, te permite viajar, te enseña sobre la vida. Es completamente diferente a todos los demás deportes. Si le dijera a tu gobierno que jugué al golf frente a más gente que Maradona, dirían ¡no, es imposible! Pero fui profesional por 72 años. No entienden el golf. Si uno mira lo que Roberto hizo por este país. O Ángel Cabrera. Tenía millones de personas mirándolo. De India, China, África… ganando todos esos torneos para este maravilloso país. Fue un embajador para este país.
-¿Cómo se convence a un chico de 8 años que prefiere el fútbol?
-No hay que forzarlo. Hay tantos ejemplos que se le pueden dar de lo que hace el golf. En el resto del mundo hay golf en los colegios. Acá no. ¿Por qué? ¿No lo ven? No entienden lo que el golf puede hacer por un país. Tiger Woods era el hombre más famoso del mundo. Más que el presidente de los Estados Unidos. Esto es lo que los gobiernos tienen que entender. Estaba en televisión más que nadie, era el primer negro en ser campeón, jugaba por todo el mundo, era fenomenal. Los gobiernos no lo entienden. No entienden lo que Roberto y Cabrera hicieron por este país. Deberían introducir el golf en los colegios. Todos los países lo hacen. Además, ¿cuántas personas van a invertir en fútbol o cricket en Escocia? Nadie, pero sí gastan billones para jugar al golf. Podría ser un impulso muy grande para la economía. Pero no lo ven. Por lo menos denles a los chicos la oportunidad. Es tan frustrante para mí que los gobiernos no lo entiendan.
-Mencionó a Cabrera. ¿Lo conoció personalmente?
-Sí, vino a jugar a mi torneo en Sudáfrica. Compartimos la cena de campeones en el Masters, en el Open. Un jugador excepcional.
-¿Cómo es su relación con el golf hoy?
-Ya le gané a mi edad 3050 veces seguidas. Nadie hizo eso. Quiero llegar a 4000. ¿Pero viviré lo suficiente? Esa es la gran pregunta. Hoy estoy más ocupado que nunca en mi vida. Represento a muchas compañías. Entre ellas Rolex, la mejor del mundo. El sponsor más grande en la historia del deporte. Voy al gimnasio todos los días. Trabajo con caballos de carrera. Juego en muchos pro-ams. Viajo por todo el mundo.
-¿Cada cuánto juega?
-Trato de jugar todos los días. Aunque no lo hago. Probablemente juegue cinco veces por semana. Uno tiene que mantenerse activo cuando se vuelve grande. Hay dos cosas que uno tiene que hacer cuando se vuelve viejo: comer bien y hacer ejercicio.
-¿Extraña ser jugador profesional?
-Si uno se sienta en una gran mesa y tiene un banquete, y se levanta de esa mesa, no va a necesitar seguir comiendo. Yo tuve un banquete de golf. 73 años como profesional. Viajé más que cualquier ser humano. No sólo golfistas, cualquier ser humano. ¿Quién jugó tantos torneos como yo? ¿Quién jugó en tantas canchas como yo? ¿Quién viajó tantas millas como yo? ¿Quién fue al gimnasio tanto como yo? Tengo récords en todas estas áreas. Y tengo que ser realista. Ya no le puedo pegar a la pelota tan lejos. ¡Pero sigo jugando! Y lo disfruto. Y cada vez estoy buscando algo para ser mejor. El golf puede recaudar más plata que cualquier otro deporte. El PGA Tour recauda tres billones. Ha dado más 100 millones de dólares en beneficencia.
-¿Cuál es el lugar más extraño donde haya jugado?
-Diría que China. Era la vida opuesta a la que teníamos nosotros. Fui muchas veces y siempre fue así. Tienen un sistema muy distinto al nuestro, y es difícil de entender para nosotros.
-¿Qué extraña más de ser profesional?
-Competir. Me encantaba la adversidad. Cuando hacía un doble-bogey, me encantaba. La mayoría se lamenta. A mí me hacía más fuerte. Pero creo que la gran palabra que define mi vida es gratitud. Soy muy agradecido de lo afortunado que soy de haber hecho lo que sólo otros tres jugadores consiguieron. Para un hombre pequeño como yo… eso fue una bendición. Pensar que era pequeño me hizo trabajar más fuerte.

Gary Player y Jack Nicklaus con la Presidents’ Cup en 2005
-Es uno de los cinco jugadores que ganaron los cuatro majors. ¿Cuál disfrutó más?
-Por lejos, el British Open es el número 1. Tuvimos la cena de campeones este año. Miré y decía 1750… extraordinario. Todos esos campeones. Todos esos jugadores que fueron y jugaron. La historia de St. Andrews… Un día estaba almorzando a la 1.30, era un día espectacular. Cuando salí a jugar a las 4 había viento y lluvia. A veces tenés que jugar desde el bunker para atrás. “No es justo”, me dijo alguien una vez. Bueno, la vida no es justa. Entonces, el British Open es el desafío máximo. No hay nada igual. E históricamente es el mejor. Número 2, el US Open. Tres, PGA. Cuatro, Masters. Por muchas razones. Si hay que abundar en las razones de cada uno, hay que escribir una larga historia. Así es como los ranqueo.
-¿El Masters cuarto? ¿Por qué?
-Por lo que significan, por la competitividad. El Masters es el menos competitivo. Muchas razones. Si hay que abundar en las razones de cada uno, hay que escribir una larga historia. Así es como los ranqueo.
-¿Contra qué jugador le gustaba más competir?
-Nicklaus. Y le gané tantas veces como él a mí. Los diarios norteamericanos no lo mencionan. Le gané a Arnold Palmer mucho más que él a mí. Tampoco dicen nada de eso. Pero está bien.
-¿Se puede comparar a Nicklaus con Tiger Woods?
-No, imposible. Y la gente lo hace todo el tiempo. Imposible. Uno tenía que jugar entre las marcas de los tapones de los zapatos, el otro no. Cada vez que jugábamos había entre 100 y 200 marcas en los greens, porque jugábamos con tapones de acero, no de plástico. Los bunkers se alisaban con los pies, no había rastrillos. Ahora hay máquinas. Juegan por más plata en un torneo ahora de lo que nosotros jugábamos en todo el año. Se viaja en jets, nosotros íbamos en ómnibus, a veces. La pelota viaja 50 yardas más lejos hoy. ¿Cómo habría sido Nicklaus si hubiera pegado 50 yardas más? Tiger no pegaría más lejos que Nicklaus si no fuera por la pelota… Los tacos de los palos eran de madera, ahora son de metal. Los fairways se cortan más cortos para que la pelota ruede más. La pelota tiene un mejor lay en el fairway. En mi época, todos los fairways eran de Bermuda. Si uno tenía una salida temprano, había rocío en el pasto, y si tenías que tirar un hierro 7 al green, agarrabas el 5 y hacías un tiro bajo, porque la pelota te podía saltar. El juego era distinto. Lo único que sigue siendo igual es el tamaño del hoyo. Así que no se puede comparar.
-¿Qué opina del golf de hoy? ¿Le gusta?
-Obviamente amo el golf y le tengo un gran respeto. Pero no hay las figuras que había en mi época. No se divierten como lo hacíamos nosotros. Pero eso es entendible. Están jugando por mucha plata. Nosotros no jugábamos por plata. Todo es plata hoy. Nosotros nos divertíamos más. Me acuerdo de haber jugado rondas de práctica con Trevino y Chi-Chi, la gente venía a ver cómo nos divertíamos. Estuve leyendo hoy que Dustin Johnson ganó 31 millones. Me shockeó. Acá está: “En siete eventos del LIV Golf, Dustin Johnson ganó 31 millones de dólares. Eso son 22.000 por golpe.” Es más de lo que ganamos en toda nuestra carrera. Todo está relacionado con la plata. No teníamos eso. Era un juego de amor, diversión, encuentros. Cuando yo jugaba el PGA Tour, iba con mi mujer y mis hijos y nos alojábamos en casas de otros jugadores. Y nos hacíamos amigos para toda la vida. Era algo completamente diferente. No hay comparación. Y así y todo creo que los jugadores del pasado eran mejores que los de ahora.
Texto: Alejo Miranda
Fotos: Gentileza Rolex
Nota publicada en la revista GOLF Mundial 68
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