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La reinvención de Jaguares

Disuelto el Super Rugby, la UAR se deshizo del contrato con Ceibos y puso a su franquicia insignia en el flamante certamen profesional subcontinental, la Superliga Americana. Una apuesta a largo que en esta transición posibilita desarrollar jugadores.

Por Alejo Miranda

¿Da marcha atrás o toma carrera? Un poco y un poco. La disolución del Super Rugby volvió a dejar a la Argentina al margen del epicentro del rugby mundial. Cerradas las fronteras, la UAR debió buscar otro destino para desarrollar a los jugadores y debió conformarse con la Liga Sudamericana. Este certamen, que en su temporada de estreno en 2020 apenas pudo disputar tres partidos antes de que estallara la pandemia, está a años luz del que compartían con franquicias de Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica. Así y todo, ya sin las figuras de los Pumas que emigraron al exterior, permite dotar de competencia y compromiso profesional a un grupo importante de jugadores que son la segunda línea del seleccionado, al menos en la primera mitad del año.

Para conservar la marca Jaguares, la UAR debió desembarazarse unilateralmente del contrato con Ceibos, con quien compartía la potestad de la franquicia en 2020, juicio millonario de por medio. Más allá del nombre del equipo, que se rebautizó Jaguares XV, lo importante para el rugby argentino es tener la posibilidad de desarrollar jugadores, tanto jóvenes promesas como experimentados que cumplen un rol importante en los Pumas.

En ese sentido, llamó la atención que el entrenador Carlos Ignacio Fernández Lobbe dejara al margen de los 30 que viajaron a la burbuja de Chile, donde se juegan las cinco primeras fechas, a Javier Ortega Desio, el más experimentado, con 57 caps en los Pumas y apenas 30 años. Para peor, la UAR le rescindió el contrato sin dar mayores explicaciones.

Este año, a los equipos de Uruguay (Peñarol), Chile (Selknam), Paraguay (Olimpia Lions) y Brasil (Cobras XV) se sumó Cafeteros Pro de Colombia, para completar seis franquicias. Así, el certamen se disputa a dos ruedas de cinco fechas cada una, todos contra todos ida y vuelta con entre cuatro y cinco días de descanso. La primera en Chile, la segunda más semifinales y final en Uruguay.

Además, muchos jugadores argentinos fueron repartidos en las distintas franquicias (especialmente la de Paraguay y la de Colombia), con el doble objetivo de agrandar la base de argentinos profesionales y al mismo tiempo potenciar el nivel general de la liga.

Por lo visto en las primeras tres fechas, la diferencia entre el equipo argentino y el resto es abismal. La intención es elevar el nivel de la región en el largo plazo. Para eso todavía falta mucho. Mientras tanto, Jaguares se reinventa, ahora cerca de casa.

Fotos: Gaspafotos/SLAR

Nota publicada en la revista TRY Mundial 58

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