Varios centros de ski de los Estados Unidos están avanzando en lo que serán las “drone zones”, áreas donde los aficionados y deportistas podrán ser fotografiados y filmados desde las alturas (hasta 10.000 metros) mientras disfrutan de la actividad.
Louis Gresham, co-fundador de Cape Productions, una empresa de Silicon Valley, contó que el servicio fue lanzado en Canadá y que ya han hecho negocios con nueve resorts más. “Todos quieren una foto de sí mismos”, explica Gresham, en tiempos de GoPro y aplicaciones para smartphones que intentan darle al usuario herramientas para grabarse a sí mismos.
En los centros de ski estadounidenses, esta compañía cobrará entre 100 y 200 dólares por cada sesión de fotos. También ofrecerán videos de entre un minuto y medio y dos minutos, editados de manera profesional, con música, tomas aéreas, tomas de cámaras fijas y por supuesto paisajes.
La compañía ya fue autorizada por la Administración Federal de Aviación pero le faltaría el permiso del Servicio Forestal de la nación. Por cuestiones de privacidad (no todo el mundo quiere aparecer en videos de otros) solo habrá un dron en el aire a la vez en un recorrido específico para que otras personas no salgan en las tomas. “La gente cree que habrá drones volando por todas partes. Para nada. Odiaríamos tener drones volando en todos lados”, aclaró Gresham.
Los drones de esta compañía están especialmente equipados con un software para evadir obstáculos como aerosillas, cables de electricidad y árboles. Además, deberán ser manejados a una velocidad moderada. Sin embargo, algunos centros de ski todavía no deciden si este avance de la tecnología sumará a la experiencia de los esquiadores o si habrá quienes intenten imitar la hazaña por doquier.
