Rey indiscutido del polvo de ladrillo, Rafael Nadal conquistó su décimo segundo título en Roland Garros tras derrotar a Dominic Thiem por 6-3, 5-7, 6-1, 6-1. De esta manera, el español de 33 años se convirtió en el primer jugador de todos los tiempos (hombre o mujer) en ganar 12 veces un mismo torneo.
Este fue el 18° Grand Slam en la carrera de Nadal, que se ubica en el ranking por debajo de Roger Federer, campeón de 20 títulos en total. “Es realmente increíble. No puedo explicarlo. Poder conseguir otra victoria en este punto de mi carrera es obviamente una gran satisfacción y una gran felicidad”, expresó Nadal.
Sobre su rival, Nadal comentó: “Él sacó bien. Cada vez que sacaba yo estaba en una mala posición porque, con alguien como Dominic, es muy difícil responder. Le pega muy duro. Así que analicé las cosas y sentí que tenía que resolver este problema en particular. Lo importante parecía ser no darle ventaja cuando sacaba bien”. Así es que el español modificó su estrategia en la mitad del partido: le pareció más conveniente darle a su oponente lo que no quería ver en lugar de hacer lo que él quería hacer.
Thiem, por su parte, llegaba con la confianza de haber tumbado a Djokovic (actual número 1 del mundo) un día antes, en semifinales. Sin embargo, por las condiciones climáticas, había tenido partidos durante cuatro días seguidos y ese cansancio debió haberle jugado en contra.
“El comienzo del partido tuvo un nivel de intensidad increíble. Jugué de la manera que debía jugar en el segundo set, muy agresivo. Después de eso, bajé un poco mi nivel”, admitió el austríaco de 25 años, que se ubica como número 4 del mundo.
“Rafa, que ganó este torneo 12 veces, me pasó por encima. Después se puso muy duro para mí. Él jugó de manera excepcional porque especialmente en los primeros dos sets yo jugué un muy buen tenis. Lo que él hizo fue de no creer, realmente. Tiene que haber una razón para que sea tan exitoso. Definitivamente es uno de los más grandes de todos los tiempos y hoy pude ver por qué”, aseguró Thiem, que se dio el lujo de haberle ganado un set a Nadal en los cuatro encuentros que han tenido en París.
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