La rosarina de 23 años se convirtió en la quinta argentina en alcanzar las semifinales de Roland Garros, y la primera mujer en la historia en llegar a esa instancia tras sortear la clasificación. Futuro promisorio para la “Rusita”
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El tenis femenino está en crisis en la Argentina es una frase que se escuchó repetidamente en los últimos años. Demasiadas veces. Eso está empezando a cambiar. O debería hacerlo, al menos, a partir de la figura de Nadia Podoroska. La rosarina de 23 años hizo historia al convertirse en la quinta argentina en acceder a semifinales del cuadro femenino de Roland Garros, la primera desde que en 2004 lo hiciera la pergaminense Paola Suárez. Además, es la primera mujer en la historia que se mete entre las cuatro mejores luego de sortear la clasificación.
Nadia creció en una familia de clase media de Rosario, en el barrio de Fisherton. Nieta de ucranianos, su padre Marcelo es relojero de profesión, aunque con los años se convirtió en farmacéutico. Igual que su madre, Irene, amante de la filosofía. Nadia heredó el amor por la raqueta de su padre, jugador de pádel y squash. Pero Nadia se inclinó por el tenis y a los cinco años se anotó en la escuelita del CAF (Club Atlético Fisherton), el mismo club donde empezó a jugar al hockey Luciana Aymar. Cuando el tenis se convirtió en algo mucho más serio que una actividad recreativa en su vida, continuó su desarrollo en una cancha sobre la ruta 9 que gestionaba Charly Rampello, su entrenador por aquel entonces y su formador. Esa cancha de tenis donde Podoroska se formó ya no existe más, ya que fue reemplazado por una cancha de fútbol 5.

Muchas cosas pasaron para que unos años más tarde, con 23 y un arduo recorrido, llegara al court central del Bois de Boulogne, el Phillippe Chatrier para vencer a la Nº3 del mundo Elina Svitolina. 6-2, 6-4 le ganó. Le preguntaron si se animaba a pellizcarse para asegurarse que no estaba inmersa en un sueño: “No. Es que no quiero despertarme”.
Pero no era un sueño. Llegó como 131 del mundo y se volvió 48ª, Podoroska jugó agresiva de principio a fin. Solo la detuvo la polaca Iga Swiatek en semifinales, el nuevo fenómeno del tenis feminino, de 19 años.
“Me cuesta decir algo ahora. Gracias a todos por el aliento. Estoy muy feliz”, declaró ante el puñado de espectadores en la cancha principal Philippe Chatrier tras la victoria en cuartos, la más importante de su carrera, que tenía como punto más saliente la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, donde relanzó su carrera.
La Rusa, como la apodan, sumó sus primeros puntos en el ranking profesional a los 14 años y nueve meses y se convirtió en la segunda argentina más joven en lograrlo después de que Gabriela Sabatini consiguiera sus primeros puntos a los 14 años y cinco meses. Como ocurre con todas las argentinas, le costó mucho progresar, debiendo superar limitaciones de índole geográfica y económica. No es fácil ser competitivo en esta parte del mundo, sin torneos de calidad en los que competir ni apoyos para viajar.
En 2016 se metió por primera vez en el cuadro principal de un Grand Slam al sortear la clasificación del US Open, donde perdió en la primera ronda con la alemana Annika Beck (41ª). Había llegado entre las mejores 230 jugadoras del mundo y terminó la temporada dentro del Top 200 (191ª) por primera vez, con la ilusión de seguir creciendo.

Sin embargo, entró en un período oscuro plagado de lesiones, dudas y bloqueos mentales. Se lastimó la mano derecha, tuvo problemas de espalda y cadera, empezó a sufrir mentalmente, se asfixió ante la necesidad de seguir jugando. Pasó por varios médicos e incluso llegó a pensar en dejar el tenis profesional.
Hubo una decisión que cambió su carrera: decidió irse a vivir a Alicante (España) para estar más cerca del circuito. Cambió de entrenador y se alió a Emiliano Redondo y Juan Pablo Guzmán. Así, de a poco fue encontrando el rumbo.
Podoroska ganó más partidos en este Roland Garros -ocho- de los que usualmente se necesitan para alzar el trofeo de campeona -siete-. Ello obedece a que la nacida en Rosario, la tierra de Lionel Messi, debió sortear tres partidos de la fase previa hasta acceder al torneo. Nadie había logrado eso aquí en la era abierta que comenzó en 1968. El antecedente más reciente en los otros tres grandes corresponde a Alexandra Stevenson en el Wimbledon 1999.
Desde su consagración en Lima, que le dieron el pase a los postergados Juegos Olímpicos de Tokio, no dejó de dar pasos firmes e incorporar conocimiento. Entre enero y marzo jugó varios torneos. Ganó los ITF 25.000 de Malibu y Petit Bourg y alcanzó las semifinales del 125K de Newport Beach. La cuarentena la encontró en la Argentina, pero por tener pasaporte comunitario pudo viajar a España, donde reside buena parte del año.
En agosto, en la reanudación del circuito, compitió en el WTA de Palermo (superó la clasificación y cayó en la primera ronda). Perdió las finales del 125K de Praga e hizo ruido en Saint-Malo, Francia, ganando el trofeo en un Women’s de 60.000. El último 14 de septiembre, un día después de obtener el título en Francia, llegó a su mejor ranking histórico: 130°.
Podoroska estaba aturdida como todos los presentes, en un torneo marcado por las sorpresas. Pero la lograda por la argentina las supera en creces. Ni siquiera había conseguido dos victorias sucesivas en el circuito de la WTA. Tampoco se había medido contra una jugadora del Top 20 del ránking.

Este certamen representó apenas la segunda comparecencia de la rosarina en el cuadro principal de un Grand Slam, y la primera desde que cayó en la primera ronda del Abierto de Estados Unidos de 2016.
No tuvo miedo escénico ante una experiencia inédita en su carrera. Mostró todo su repertorio para jugar en la superficie de arcilla, apelando con maestría a los ‘drop shots’. Podoroska totalizó 30 winners contra Svitolina.
En semifinales, no tuvo chances ante Swiatec. La polaca impuso todo su poderío para vencer 6-2 y 6-1
Fue la primera semifinal del cuadro femenino de Roland Garros entre rivales sin preclasificación desde 1983. “Jugó realmente bien”, admitió Podoroska. “No me dejó jugar bien parada en la cancha”.
Nada opaca lo que consiguió Nadia a metros de la Torre Eiffel. “Ojalá que el contagio que logré con lo de Roland Garros no quede solo en esas semanas de París y que ayude a chicas y a chicos que quieren jugar al tenis. Digo que la mejor manera es haciendo torneos iniciales para que haya más competencia, no solo en la Argentina sino también en la región. Creo que eso hoy facilitaría un poco lo que sufren las jugadoras jóvenes de la Argentina, la falta de competencia.”
Quizás así decir que el tenis argentino femenino está en crisis pase a ser una frase anacrónica.
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Ficha personal
Nadia Podoroska [ARG]
Fecha de nacimiento: 10 de febrero de 1997 (23 años)
Lugar: Rosario, Argentina
Medidas: 1,70m
Golpe: Derecha
Ganancias: US$ 771.573
Ranking WTA: 48ª
Títulos WTA: 0
Títulos ITF: 14
Raqueta: Head
Ropa: Fila
*Al 26/10/2020
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El camino a la elite
Clasificación
R1: 6-2, 6-2 a Magdalena Fręch (POL)
R2: 6-0, 6-4 a Jaqueline Cristian (RUM)
R3: 6-2, 6-4 a Wang Xinyu (CHI)
Cuadro principal
R1: 6-2, 6-1 a Greet Minnen (BEL)
R2: 6-3, 2-6, 6-1 a (23) Yulia Putintseva (KAZ)
R3: 6-3, 6-2 a (PR) Anna Karolina Schmiedlová (RUS)
8F: 2-6, 6-2, 6-3 a Barbora Krejčíková (RCH)
QF: 6-2, 6-4 a (3) Elina Svitolina (UCR)
SF: 2-6, 1-6 con Iga Świątek (POL)
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Argentinas en semifinales de Roland Garros
2020: Nadia Podoroska (con Iga Swiatek POL)
2004: Paola Suárez (con Elena Dementieva RUS)
2002: Clarisa Fernández (con Venus Williams EEUU)
1992: Gabriela Sabatini (con Monica Seles YUG)
1991: Gabriela Sabatini (con Monica Seles YUG)
1988: Gabriela Sabatini (con Steffi Graf ALE)
1987: Gabriela Sabatini (con Steffi Graf ALE)
1985: Gabriela Sabatini (con Chris Evert EEUU)
1974: Raquel Giscafré (con Olga Morozova URSS)
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Fuente: AP y La Nación
Fotos: WTA