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Yago Lange: “Necesitamos un cambio”

En una entrevista para YACHTING Mundial, el regatista y activista por el cuidado de los océanos cuenta de qué se tratan sus últimas expediciones.

Yago tiene 34 años y pasó gran parte de su vida en el agua. Hasta vivió en un barco durante un tiempo. Es regatista de alto rendimiento y compitió junto a su hermano Klaus en numerosas oportunidades, entre estas en los Juegos Olímpicos de Río 2016, en los que su padre -la leyenda Santiago Lange- conquistó la medalla de oro para la Argentina.

En un presente que define como de “navegante aventurero ambiental”, Yago no esconde su entusiasmo por proyectos que le permiten combinar su pasión por el deporte con la misión de visibilizar las problemáticas actuales y concientizar sobre la preservación de los ecosistemas acuáticos. Partiendo de la importancia de la educación ambiental, en cada lugar que visita (y que navega) Yago invita a la comunidad a conocer más sobre su entorno y a involucrarse en acciones locales que generen un cambio positivo.

-¿Cómo se te ocurrió la expedición al Glaciar Perito Moreno? ¿Fue pensando en hacer algo que tuviera repercusiones para lograr más impacto en la conducta de la gente?

-El glaciar me conecta. Todo lo que vengo llevando a cabo es buscando integrarnos como parte de la comunidad náutica, que tanto usamos el agua. Entender que hay un problema y ver qué puede hacer cada uno. Valorizarla y seguir educándonos sobre el agua, la naturaleza y la importancia de los océanos. Así que cuando preparé lo del glaciar mi intención fue aprovechar ese paisaje imponente para captar la atención y poder enviar un mensaje de conservación, no solo de los glaciares sino de valorar el agua.

-Fuiste la primera persona en la historia en hacer foil ahí. ¿Cómo te sentiste en esos momentos frente a semejante paisaje? ¿Cómo te equipaste para protegerte del frío y del viento?

-La verdad es que no estaba pensando que era el primero que pasaba por hacer esto; estaba muy concentrado. Aproveché toda la experiencia náutica de las competencias -porque fueron más de 12 años en el circuito olímpico- para ver la meteorología, el viento y entender los riesgos que asumía. En términos técnicos, usé un traje de 6 mm y me preparé durante todo el invierno anterior en Mar del Plata. Salía a entrenar los días más fríos para prepararme para esto. Y mentalmente estaba muy concentrado y muy conectado al lugar porque el mensaje que quería enviar no era para mí, para decir “navegué en el glaciar” sino para hablar del cambio climático, del derretimiento de los glaciares, de qué pasa con el agua, de la represa del Río Santa Cruz y de la contaminación global que está sufriendo el agua y que somos parte de ese problema.

-¿Por qué elegiste el wing foil?

-Yo navegaba en 49er, en la categoría olímpica junto a mi hermano. Navegábamos por todo el mundo y siempre que viajaba por la Patagonia argentina veía lugares alucinantes para navegar pero era muy compleja la logística de llevar un barco ahí. El foil es lo más sencillo y lo que hoy en día más me gusta para entrar al agua. Es mi tabla, mi vela, la llevo en el auto… puedo entrar en cualquier lado, con cualquier viento, así que en este caso, el foil me está dando la posibilidad de navegar en todos lados.

-Empezaste con las limpiezas de residuos en las costas del Río de la Plata. ¿Cómo llegaste a Parley for the Oceans?

-Yo empecé por cuenta propia con amigos a limpiar. Esas limpiezas tuvieron mucha repercusión en el ámbito nacional y durante 2019 organicé limpiezas en ámbitos internacionales. Parley se acercó porque le interesaba que yo sea un embajador y rápidamente empecé a dirigir sus operaciones en Argentina. No solo son limpiezas, que van más de 150; también organizamos más de 200 charlas educativas con más de 16.000 chicos y ya van más de 10 proyectos de expediciones en la Patagonia, donde nos ponemos en contacto con biólogos y nos acercamos a vivir una experiencia ambiental vinculada al agua, a la naturaleza. Estoy muy contento con todo este trabajo.

-¿Cómo son las charlas en los colegios? ¿Crees que las nuevas generaciones vienen más conscientes, más respetuosas del cuidado al medio ambiente?

-Sí, por supuesto que la educación es clave en todo esto. Cuando organizamos una limpieza no decimos que es la acción final. Es un lugar en el que nos encontramos, colaboramos, aprendemos de un tema, nos movilizamos mucho internamente y después arranca un cambio. Y yendo puntualmente a las charlas, creo que es clave educarnos ambientalmente, aprender acerca de los océanos. Un dato que me gusta decir es que -por el oxígeno- dos de cada tres respiraciones vienen de los océanos. Si los océanos se mueren, nosotros nos morimos. La contaminación afecta la vida marina y el ecosistema en los océanos, así que hay que cuidarlos. Lo que vivo con los colegios es que los chicos están súper permeables a la naturaleza, al agua, a entender, a aprender, y ellos por ahí les enseñan a sus padres acerca de todas estas cosas que tal vez 30 o 50 años atrás no creíamos que iban a ser un problema. El cambio climático está mucho más latente también. Antes podíamos hablar de un terremoto, una inundación… y hoy hay que entender que se están incendiando bosques, que se están derritiendo glaciares, que las temperaturas están creciendo en todos lados. El agua en muchas ciudades está avanzando o hay sequías. Poder hablar de todo eso con los chicos, estudiar, comunicar y educarlos es clave para las futuras generaciones y para hoy, que necesitamos un cambio.

-¿Qué puede hacer cada uno desde su lugar, además de separar los residuos o llevar su bolsa de compras?

-Yo creo que la separación de residuos y el compost es clave. Muchos de nuestros residuos son orgánicos y pueden generar tierra fértil, que puede ser para una huerta, una planta. No todo va junto en la misma bolsa y hay que entender que cuando limpiamos nuestra casa no es que dejamos la bolsa afuera y eso desaparece. La realidad de los basurales es que están colapsados, producen gas metano y eso genera cambio climático. Y a su vez, mucha de esa basura se va por las alcantarillas y eso va al agua. Entonces, de alguna forma, estamos contaminando el agua. Y después me parece muy interesante aprender sobre temas ambientales: cuál es el rol de los océanos, el rol de las ballenas -que son fundamentales en los océanos-, el rol de los bosques y de los bosques marinos. Cosas que parecen tan simples pero viviendo en la ciudad nos alejamos de la naturaleza, y cuanta mayor conexión tengamos más va a encontrar cada uno qué puede hacer.

-¿Ves que la comunidad náutica se involucre en acciones para reducir la contaminación del agua?

-Yo creo que hay un cambio positivo y hace tres o cuatro años que soy parte de ese cambio junto a la comunidad. Por supuesto que la pandemia frenó un poquito todo pero me parece que ver en un campeonato que la gente va con su propia botella, que evita el plástico, que no lleva bolsas de plástico al agua, que busca materiales reutilizables… el mensaje de los referentes en el ámbito náutico está vinculado al agua. También creo que hay mucho por seguir desarrollando y sobre todo acercarte a la realidad local porque a veces decimos “que no haya más plástico en los océanos” pero tal vez en nuestro club no separan la basura o en nuestro entrenamiento hay mucho plástico alrededor. Hay un cambio que podemos potenciar. Esto es lo que vemos cotidianamente cuando vamos a navegar en nuestro entorno y me encanta y me parece súper productivo que la gente del agua se involucre. No es lo mismo que hable de contaminación un chico que juega al rugby o al fútbol, que tal vez en el día a día no lo vive, que una persona que va a hacer Optimist o navega en el Río de la Plata y ve lo contaminado que está y quiere visibilizarlo y generar un cambio. Todos somos parte de la solución pero me parece que la comunidad náutica tiene un rol fundamental.

-¿De qué se tratan tus otras expediciones?

-Vengo de navegar en la Patagonia con delfines. Hace unos días llegué de navegar con una chica brasileña y con un californiano por las costas de Chubut, en Camarones, en un área marina protegida. Cuando invito a atletas internacionales no solo disfruto navegar con ellos sino que también les puedo mostrar la realidad de la contaminación y la conservación en esos lugares. Toda la costa de Chubut es muy rica en vida marina y a su vez tiene muchos problemas como contaminación de la industria pesquera y basurales frente al mar. Yo me acerco para tratar de visibilizarlos y encontrar formas de soluciones. En esos viajes organizamos limpiezas. Hay muchísimos cajones de pesca, cerca de 4000. Intentamos reciclar lo máximo posible pero hay algunos residuos acumulados hace tanto tiempo que se desintegran en microplásticos, o que están dañados, y eso no se puede reciclar. En una isla en la zona de Camarones tenemos 6 toneladas de basura acumulada y estamos esperando conseguir un barco pesquero para sacarlas porque logísticamente es muy complejo. La isla de al lado tiene más de 20 toneladas.

¿Cuáles son los próximos viajes y proyectos?

-Me estoy yendo en un barco 15 días a Península Mitre y la Isla de los Estados (Tierra del Fuego). Es la zona más austral de Argentina y el punto de mayor absorción de carbono del país. Se asemeja a lo que hacen los árboles en el Amazonas: los bosques marinos de Península Mitre son fundamentales cuando hablamos de absorción de carbono y de cambio climático porque necesitamos equilibrar el carbono en la atmósfera. Se está luchando por firmar una ley para que sea un área protegida, así que vamos a estar navegando ahí, en una expedición de varios días en barco. Y para principios del año que viene la intención es ir a la Antártida. Todos estos lugares tan remotos y tan fríos sirven de entrenamiento para la Antártida.

-¿La competencia es una etapa que dejás atrás o tenés intenciones de seguir compitiendo?

-No cierro la oportunidad de competir en el futuro pero hoy en día estoy muy contento en mi rol de navegante aventurero ambiental. Poder navegar en el glaciar y enviar un mensaje de conservación o ir a Península Mitre a conocer ese lugar; ser parte de la comunidad del foil, que está creciendo, y enviar un mensaje de cuidado del agua son cosas que me gustan mucho, me atraen y mi misión hoy en día está ahí. Pero eso no significa que en el futuro no pueda ir a una competencia. Mi intención y mi nueva forma de navegar es acercarme al agua con una mirada ambiental y no solo con una mirada competitiva.

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Texto: Belén Sainz-Trápaga

Fotos: Marko Magister / Parley for the Oceans / Fabián Marelli

 

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